Diego Sánchez, de la X promoción de la ELU, Data Scientist y aficionado del baloncesto, nos cuenta cómo la estadística aplicada al deporte pueden ayudar a los equipos a obtener mejores resultados.
Tuve un profesor de Física que decía que un buen gráfico es aquel cuyo mensaje puede ser entendido sin mirar demasiado los ejes o la leyenda. Hagamos la prueba con el siguiente:
Las dos líneas anteriores podrían representar muchas cosas diferentes. En realidad, una gran cantidad de indicadores sobre bienestar global tienen este aspecto. Vivimos en un mundo mejor de lo que creemos, sobre todo en lo que respecta a su tendencia positiva. Siempre que tengo ocasión, cito este trabajo de OurWorldInData. En cualquier caso, mensajes optimistas aparte, lo que está claro es que la gráfica precedente ilustra una correlación muy significativa y una evolución ascendente para los datos representados. Se trata de algo más prosaico, pero no por ello menos interesante.
El gráfico muestra la imparable evolución del número de triples tirados y anotados en la NBA desde que se instauró la línea de tres puntos. Es el mejor resumen de la historia que me propongo contar en este artículo. Creo que, te guste o no el baloncesto, puede resultar digna de tu tiempo. Voy a dividirla en dos partes fundamentales: una desigualdad matemática bastante intuitiva y un hombre peculiar.
La desigualdad intuitiva: 3 > 2
En baloncesto se consiguen puntos introduciendo un balón en un aro. Cada vez que un equipo anota un tiro a través del aro, gana 2 puntos. Si el tiro es realizado desde más lejos de la línea de tres puntos, situada a unos 7 metros de distancia, se ganan 3 puntos en lugar de 2. He aquí el quid de la cuestión y la ya mencionada ecuación, que demuestra que meter canastas desde más lejos vale más.
El problema, que ya se barruntará el lector, es que es mucho más fácil meter canasta desde debajo del aro que desde mucho más lejos. Esto se suele medir con el porcentaje de tiro de campo, que se calcula muy fácilmente:
Pongamos que dos jugadores tiran 10 tiros cada uno. Uno mete 5 y el otro mete 4. Es muy fácil calcular que el primero tiene un 50% y el segundo un 40%. Podemos concluir que el primer jugador tiene un mejor porcentaje de acierto, pero… ¿eso le hace más eficiente? No podemos saberlo. Imaginemos que todos los tiros del primer jugador eran tiros de dos, habría anotado 10 puntos. Si el segundo jugador solamente hubiera lanzado triples, habría anotado 12 puntos, ¡más que el primero con menor porcentaje! Para reflejar el diferente valor de los tiros, se utiliza una estadística conocida como porcentaje de tiro efectivo.
La idea es dar un mayor peso a los triples anotados, ya que dan más puntos (1.5 veces más, para ser exactos). Con esta métrica, el primer jugador sigue teniendo un 50% de porcentaje de tiro efectivo –al no haber metido triples, no cambia nada–, pero el segundo sube al 60%. El mayor valor de los triples hace que no sea trivial elegir una estrategia a seguir, pero algo parece indiscutible: 3 > 2.
El hombre peculiar: Daryl Morey
Daryl Morey (Wisconsin, 1972) es, en muchos sentidos de la palabra, un friki. Estudió Informática con mención en Estadística en Northeastern University y un MBA en el MIT. Después, trabajó en una consultora, una empresa de datos aplicados al deporte y como vicepresidente de operaciones en los Boston Celtics de la NBA. Su trabajo no estaba muy relacionado con el baloncesto directamente, ya que se encargaba de asuntos logísticos como diseñar la estrategia de precios de las entradas para maximizar las ganancias. A pesar de ello, participaba en reuniones de la junta directiva y empezó a adquirir fama de trabajador, metódico y siempre pendiente de las estadísticas. Así, en 2005 recibió una oferta para ser director deportivo de otro equipo NBA, los Houston Rockets, donde tendría plena libertad para aplicar la estrategia que desease. No la pudo rechazar.
Morey conocía el concepto de porcentaje de tiro efectivo y pensaba que podía utilizarlo a su favor. Además, comprobó que un tiro triple no anotado tenía una mayor probabilidad de ser recuperado por el equipo ofensivo, por lo que en cierta manera los triples fallados eran también más eficientes que los tiros de dos fallados. Según su análisis, la clave era reducir el número de tiros de dos lejanos y sustituirlos por triples.
Una imagen vale más que mil palabras:
Esta fantástica visualización refleja a la perfección el baloncesto hipereficiente que buscaba Morey. Fue moldeando su equipo poco a poco en este sentido, fichando a jugadores y a un entrenador que compartían su filosofía. Entre las temporadas 2013-2014 y 2019-2020, los Houston Rockets fueron el equipo que más triples lanzó de la NBA todos los años menos uno, en el que fueron los segundos. Además, tuvieron bastante éxito: Daryl Morey figura ahora mismo como el cuarto director deportivo de la historia de la NBA con mejor porcentaje de victorias.
Sin embargo, Morey fracasó en su principal objetivo: nunca llegó a ganar la NBA. No deja de ser paradójico que en 2018, cuando más cerca estuvo de lograrlo, los Rockets cayeron en el último partido de la Final del Oeste por 9 puntos tras fallar 27(!!!) triples consecutivos. Por poner este número en contexto: con el porcentaje de acierto del equipo esa temporada, la probabilidad de fallar 27 triples seguidos es de un 0.000537%. Ganar el Gordo de Navidad jugando un único décimo es el doble de probable. La estadística falló en el peor momento a su mayor valedor y Morey dimitió de su puesto en octubre de 2020. También es digno de mención que el jugador que más veces eliminó a los Rockets de Morey, hasta en cuatro ocasiones, fue el mejor triplista de la historia del baloncesto: Stephen Curry. Si este nombre no te dice nada, tienes que ver cómo juega. Si lo conoces, seguro que ya has pulsado en el enlace.
A pesar de los pesares, nadie niega a día de hoy la tremenda influencia de Daryl Morey en el baloncesto. El triple es un recurso fundamental en la NBA actual, y hay datos que sugieren que la ha hecho más impredecible. Además, si bien el porcentaje de acierto en triples se ha mantenido bastante estable durante los últimos 20 años, el porcentaje de tiro efectivo está en máximos históricos. De hecho, esta temporada la distribución media de tiros de dos y de tres está extremadamente cerca del óptimo matemático que maximiza el porcentaje de tiro efectivo. Absolutamente todos los equipos han tomado nota de lo que propuso un tipo de Wisconsin que jamás jugó ni entrenó baloncesto profesional.
Esta búsqueda de estrategias alternativas basadas en la estadística no es exclusiva del baloncesto. En gran medida, el béisbol fue el deporte pionero en fiarlo todo a los números. Brad Pitt puede contarte esa historia en Moneyball. Más reciente es la explosión de la estadística avanzada en el fútbol. StatsBomb quiere que dejemos de hablar de qué equipo tuvo más posesión para hilar fino con términos como goles esperados o número de pases que atraviesan líneas defensivas. Habrá resistencias, como la de Jorge Valdano, pero en mi opinión la analítica se impondrá. No nos dará una comprensión perfecta de un sistema tan complejo como puede llegar a ser un deporte de equipo, pero sí ayudará a diseñar maneras de jugar más efectivas. Y, como ha ocurrido siempre, que gane el mejor.
Escrito por Diego Sánchez