Antonio Domínguez, de la IV Promoción de la ELU, Head of Analytics en Quintas Analytics, nos habla sobre cómo las energías renovables influyen en el precio de la luz.
Empecemos por lo primero, ¿cómo se calcula el precio de la luz en España?
Los precios de la electricidad en España se determinan diariamente a través del mercado o «pool eléctrico», que determina las unidades de electricidad que se van a producir en cada periodo horario del día siguiente y sus precios, con el objetivo de cubrir las previsiones de demanda eléctrica para cada hora del día.
En primer lugar, es importante recordar que la energía eléctrica no se puede almacenar, ya que actualmente no existe ninguna tecnología capaz de hacerlo de manera eficiente. Esta es una de las razones por las que existe el mercado diario o «pool eléctrico» que acabamos de mencionar, donde se determinan las unidades de energía eléctrica a producir al día siguiente y el precio al que lo harán para satisfacer la demanda, y el mercado intradiario, que permite ajustar las previsiones de oferta y demanda a la realidad del día en curso.
El nombre de “pool eléctrico” viene determinado porque las empresas productoras de energía lanzan a esta piscina o “pool” cada una de sus ofertas para el día siguiente a través de sus respectivas centrales de generación (nucleares, hidráulicas, renovables, ciclo combinado, etc.). Estas ofertas se casan con la demanda estimada para el mercado al día siguiente, que se calcula utilizando un algoritmo de previsión de demanda, a un precio de mercado, llamado precio marginal.
El concepto de precio marginal es importante: la normativa europea indica que en la subasta diaria se considera en primer lugar la energía ofertada (lanzada al “pool”) por los productores más baratos. Generalmente, estos productores son las grandes centrales nucleares, ya que en estas centrales resulta más económico mantenerlas continuamente en funcionamiento que pararlas y volver a arrancarlas. Sucesivamente, se incorpora el resto de las unidades de generación más económicas, que suelen ser las energías renovables. En último lugar, y si es necesario añadir al “pool” energía adicional para cubrir las previsiones de demanda, se tiene en cuenta la energía ofertada por las centrales más caras, como son los ciclos combinados de gas y carbón.
El precio marginal o precio de casación es el precio fijado por la última central en lanzar su oferta al “pool” para cubrir la demanda estimada. A efectos prácticos, el precio marginal es el cruce entre las curvas de oferta y demanda, por lo que dicho precio suele venir marcado por los ciclos combinados de gas y carbón, que generalmente son las más caras. Este precio marginal es el que se paga a todos los productores que han incorporado su energía al “pool”, independientemente de su coste de producción. Por tanto, el precio marginal se convierte en el indicador clave de la dinámica de la oferta y la demanda de electricidad.
El operador del mercado eléctrico designado para la gestión del mercado diario e intradiario de la electricidad en la Península Ibérica es OMIE, organización encargada de recibir las ofertas de venta y adquisición de energía de los diferentes agentes que participan en el mercado, realizando la casación desde la oferta más barata hasta igualar la demanda en cada periodo horario.
En nuestro país, el efecto de la implantación de energía con bajo coste de producción como la eólica y la fotovoltaica ya se ha empezado a notar en el precio. En general, se espera que la producción de energía renovable continúe creciendo en España, impulsada por una combinación de factores, incluidas las políticas y los incentivos gubernamentales, la creciente demanda de energía limpia y sostenible y la bajada de los costes de producción de energía renovable.
El primer efecto esperado de este desembarco renovable, según la dinámica de oferta y demanda analizada, sería la reducción del coste de generar electricidad, es decir, la producción de más electricidad barata. Esta electricidad barata provocaría una caída del precio marginal, siempre que la producción generada con fuentes renovables logre cubrir las necesidades de demanda a ciertas horas del día.
Sin embargo, esta última puntualización es clave: a ciertas horas del día. La producción de energía renovable es, en general, intermitente (depende del viento y el sol). Cuando no se den las condiciones ambientales adecuadas para generar suficiente energía de fuentes renovables como para cubrir la demanda (por ejemplo, en períodos nocturnos de alto consumo eléctrico), es de esperar que el coste de producción del resto de centrales de generación se incremente, aumentando drásticamente el precio marginal del mercado.
Esta diferencia entre periodos horarios con precios muy bajos y otros con precios muy altos no deja de implicar una mayor volatilidad en el “pool eléctrico”, que dificultará la correcta interpretación del precio marginal como indicador clave en la dinámica del mercado.
En periodos horarios con precios muy bajos y por tanto beneficiosos para los consumidores, también podemos esperar una situación perjudicial para los productores, al generarse un problema de “canibalización” de precios. La canibalización de precios implica que cuanta más demanda sean capaces de cubrir las energías renovables en una hora, más posibilidades hay de que el precio marginal llegue a cero, y por tanto no haya retorno en la inversión para los propietarios de plantas de generación renovable. Mala señal para continuar invirtiendo.
En este contexto marcado por la alta volatilidad y la canibalización de precios, será necesario un desarrollo de la capacidad de almacenamiento energético, en paralelo al desembarco de renovables en el sistema. Ya hemos recordado a principios de este artículo que la energía eléctrica no se puede almacenar. Es cierto que actualmente no existe ninguna tecnología capaz de hacerlo de manera eficiente, pero las baterías avanzan de manera acelerada hacia esa dirección. Si en las horas en las que el precio de la electricidad es muy barato, las fuentes de generación renovable se dedican a almacenar energía a través de una batería y colocarla en el mercado cuando haya producción directa de renovable, la volatilidad en el mercado eléctrico se reducirá, aplanando la curva de precios y generando menos incertidumbre para productores y consumidores.
Por ahora, el almacenamiento energético en España no ha encontrado ni los incentivos ni el marco legal adecuado para su desarrollo. En el contexto actual en el que la tecnología todavía tiene margen de avance y el almacenamiento no resulta eficiente, será difícil conseguir una implantación efectiva sin el marco regulatorio adecuado.
En general, se espera que las energías renovables continúen influyendo de manera destacada en el precio marginal de la electricidad en España en los próximos 10 años, pero su impacto exacto dependerá de una serie de factores, incluyendo la disponibilidad de energía renovable, la capacidad de almacenamiento de energía y la propia intermitencia de las fuentes renovables. Para tener una visión precisa, es importante monitorear de cerca el desarrollo de la situación y considerar esta amplia gama de factores.
Escrito por Antonio Domínguez