La resistencia de las bacterias a los antibióticos es una creciente amenaza individual y colectiva que afecta a nivel mundial. Los riesgos que se derivan de ella y su propagación aumenta el riesgo en la Salud Pública pero, ¿cómo podemos enfrentarnos a esta amenaza? En el siguiente artículo Daniel García nos presenta algunas estrategias de prevención.

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Este mes de diciembre de 2023 se ha publicado en distintos periódicos de tirada nacional artículos relacionados con dicho tema. Además, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tiene este tema como uno de sus principales ocupaciones actualmente y como plan estratégico, denominándolo, la pandemia silenciosa.

Introducción: Las superbacterias, cepas bacterianas resistentes a múltiples antibióticos, representan una creciente amenaza para la salud pública. Este ensayo explora su clasificación, los riesgos asociados y las estrategias para prevenir su proliferación.

Clasificación de las Superbacterias: Las superbacterias se clasifican en base a su resistencia a los antibióticos. Entre ellas se encuentran las resistentes a un solo tipo de antibiótico y las panresistentes, que desafían casi todos los fármacos disponibles. Esta resistencia puede surgir por el uso excesivo e inapropiado de antibióticos en la medicina y la agricultura.

Estas son solo algunas de las cepas más notables:

  1. MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina): Esta cepa de Staphylococcus aureus es resistente a muchos antibióticos comunes, incluida la meticilina y otras cefalosporinas. Puede causar infecciones de la piel y tejidos blandos, y se ha vuelto prevalente tanto en entornos hospitalarios como en la comunidad.
  2. ESBL (Enterobacterias productoras de β-lactamasas de espectro extendido): Estas bacterias, como Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae, producen enzimas llamadas β-lactamasas que descomponen muchos antibióticos, incluidas las cefalosporinas y las penicilinas.
  3. P. aeruginosa resistente a carbapenémicos: Pseudomonas aeruginosa es una bacteria oportunista que puede causar infecciones graves en personas inmunocomprometidas. Las cepas resistentes a los carbapenémicos, una clase importante de antibióticos, son particularmente preocupantes.
  4. Clostridioides difficile resistente a múltiples fármacos: Esta bacteria puede causar infecciones del tracto intestinal, y las cepas resistentes a múltiples fármacos pueden ser difíciles de tratar, especialmente en entornos hospitalarios.
  5. Acinetobacter baumannii resistente a múltiples fármacos: Esta bacteria se ha vuelto resistente a muchos antibióticos, incluidos los carbapenémicos. Puede causar infecciones en personas hospitalizadas, especialmente aquellas en unidades de cuidados intensivos.

Estas cepas representan solo una fracción de la diversidad de superbacterias que existen. La resistencia bacteriana es un problema global y la identificación de nuevas cepas resistentes es un desafío continuo para la salud pública y la investigación médica. La información específica sobre cepas prevalentes puede cambiar con el tiempo, y es recomendable consultar fuentes actualizadas para obtener la información más reciente.

Riesgos Asociados: La resistencia bacteriana amenaza la eficacia de tratamientos médicos, aumenta la duración de las enfermedades y eleva los costos sanitarios. Además, las superbacterias pueden propagarse globalmente, lo que amplifica los riesgos para la salud pública a nivel mundial.

Factores de Riesgo: La automedicación, la prescripción inadecuada de antibióticos y la falta de regulación en el uso agrícola de estos fármacos contribuyen al desarrollo de superbacterias. Los entornos hospitalarios también son terrenos propicios para su proliferación.

Prevención de las Superbacterias:

  1. Uso Responsable de Antibióticos: Fomentar una administración más eficiente y enfocada de antibióticos, tanto en la medicina humana como en la veterinaria, es esencial. La educación pública sobre la importancia de completar los ciclos de antibióticos y evitar la automedicación es clave.
  2. Desarrollo de Nuevos Antibióticos: Incentivar la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos es crucial. Se necesitan fármacos innovadores para combatir las cepas resistentes, y es esencial promover la colaboración entre la industria farmacéutica y los organismos gubernamentales.
  3. Higiene y Control de Infecciones: En entornos médicos, implementar estrictas prácticas de higiene y control de infecciones es esencial. Esto incluye el lavado de manos, el uso adecuado de equipos de protección y la adecuada desinfección de superficies.
  4. Regulación Agrícola: Establecer regulaciones más estrictas en el uso de antibióticos en la agricultura es fundamental. Limitar su uso solo a situaciones necesarias y bajo supervisión puede ayudar a reducir la presión selectiva que conduce a la resistencia.
  5. Educación Pública: La concienciación pública sobre la amenaza de las superbacterias y la importancia de las medidas preventivas es esencial. Campañas educativas pueden cambiar comportamientos y fomentar prácticas más seguras.

La investigación con superbacterias generalmente se lleva a cabo en laboratorios con niveles de bioseguridad más altos debido al riesgo inherente asociado con estas cepas resistentes a múltiples antibióticos. La clasificación del nivel de bioseguridad para investigar con superbacterias suele ser el Nivel de Bioseguridad 2 (NB-2) o superior, dependiendo de la naturaleza específica del agente bacteriano y los procedimientos de investigación.

Conclusiones: Enfrentar la amenaza de las superbacterias requiere un enfoque multifacético. Desde la regulación y la investigación hasta la educación pública, cada aspecto desempeña un papel crucial en la prevención de la resistencia bacteriana. La colaboración internacional y el compromiso de todos los sectores son esenciales para preservar la eficacia de los antibióticos y garantizar la salud global.

Escrito por Daniel García

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